** INTERLUDIO II ** Choque y Confrontación



Los gritos de lucha y tumulto han quedado atrás. Ni siquiera se distingue, en la lejanía, el vuelo de una Montura de los Siervos, que otrora fuesen las bestias preferidas de los Nàzgûl. La figura oscura, cabalgada por uno de los Gurûknath, se aleja en dirección hacia el puente del Paso de Ar-lhum.
En el reducto a cielo abierto que da paso a la entrada de la fortaleza interior del nivel superior de Carn Nûm, la sangre y los cadáveres yacen apilados unos encima de otros. Guerreros defensores de la ciudadela negra, que han caído a manos del guerrero elfo.
Glorfindel camina despacio, con su espada iluminando tenuemente el camino. Su arma predilecta está furiosa, y apenas una vibración casi imperceptible para cualquiera masculla un sonido, como si de una voz susurrante se tratase. Suenan las palabras antiguas del reino de Valinor. Para su portador, esta manifestación se muestra clara, pues él ha conocido la gloria de las tierras imperecederas.
Se acerca al portón. Las inmensas hojas están abiertas. Nadie le impide el avance a lo largo del corredor.
Al fin ha llegado a su destino. Desde el umbral, bajo el inmenso arco que da paso a una sala gobernada por una inmensa cúpula abovedada circular, Glorfindel percibe el eco que venía sintiendo en su cabeza desde hace tiempo. Las palabras ancestrales se registran en su mente y resuenan en sus oídos. Proviene, sin duda, de la joya de la Primera Edad.
Ante tus ojos, una visión terrible. Un pozo sin fondo. sobre él se encuentra una figura humana, colgando de sus brazos, totalmente inconsciente. La que un día fuese una niña inocente, quien tuvo la desdicha de caer bajo la maldición de Fëanor y los suyos, y quien, volviéndose hacia el rumor sin nombre del dios de la maldad, Melkor, cambió su nombre para siempre por el de Ar-Gathiel, la bruja roja del yermo del norte. En su pecho, entre carne y hueso, se encuentra incrustado un fulgor anciano, latente pero vívido al mismo tiempo. Una luz ancestral.

Un Silmaril.

Glorfindel sabe que el momento ha llegado. avanza despacio, con su espada en lo alto, situando sus brazos y todo su cuerpo en una posición perfecta para la lucha.

"Así que has venido, elfo " - masculla una voz de ultratumba.

"no os quedaréis con la Luz de mis antepasados. ¡Retornad al abismo, para no volver jamás!"

El Guruknath se ríe, o lo que pudiese ser una risa.

Cuatro figuras más aparecen detrás de él, completando a los Cinco que resurgiesen desde la oscuridad infinita de Morgoth. Las figuras desenvainan sus espadas, relucienes bajo un fulgor ígneo. El suelo tiembla.

Las palabras han dejado de tener sentido.

Con un avance vertiginoso, uno de ellos avanza directo hacia el elfo, quien detiene su golpe directo con su espada. Otro más le ataca por el flanco, vociferando un chillido aterrador, arrastrando las palabras de Morgoth << krimpbúrz ash bagronk >> al tiempo que ataca con un empuje aterrador de una fuerza oscura al contrincante.Glorfindel se ve obligado a dar un paso atrás, mientras mantiene la guardia del primer ataque, pero detiene el segundo con su brazal de acero, desviando la hoja del Guruknath mediante un giro fluido. pasando a través de sus dos oponentes, no contraataca, sino que se dirige directo hacia su tercer oponente, que preparaba ya su ataque inminente. El majestuoso elfo realiza un salto hacia delante, golpeando con el mango de su espada las manos del ser oscuro, quien preparaba un sortilegio de fuego y oscuridad, mientras que girando de nuevo sobre sí mismo, desenfunda grácilmente su daga y la clava en la rodilla del primer Guruknath, quien aprovechaba para atacarle por la espalda. Con su Espada, realiza un tajo en el costado de su tercer oponente. Al contacto, la espada tiembla, pero no se amilana, logrando una herida.
El rey de los cinco se retira lentamente, mientras se dirige a una pequeña escalinata. Los cuatro restantes rodean a Glorfindel. Extendiendo sus brazos a los lados, invocan un grito poderoso, tratando de infundir miedo y pesadumbre en el elfo. El sonido es muy poderoso, y Glorfindel comienza a sentir pesar en sus piernas, notando el peso del mundo sobre tus rodillas, y sobre su espalda. Algo inminente le ataca, una visión de un mundo desolado, del cambio trascendental del mundo hacia los abismos insondables, donde todo es marchito. Comienza a sentir flaquear sus fuerzas.
Los guruknath creen que ya han vencido, pero subestiman el poder de su rival. Glorfindel grita en alto el sortilegio antiguo de los Reinos:  << lassenna elen natuo.....inyé Eru TIELYANNA !! >> y una luz brillante resurge de su espada y de sus ojos relucientes. Todo el pesar desaparece y ataca a los cegados Engendros de la Oscuridad. Dos golpes asesta y un tercero a dos manos a otro de ellos, rebanando la mano de uno de ellos, quien estalla en ira y consigue empujar y desequilibrar a Glorfindel. El golpe de una Maza espinada pareciera que fuese a recaer sobre su espalda. Sin embargo consigue esquivarlo en ultimo momento, y pasando por debajo del brazo de su rival, coloca la palma de la mano sobre su pecho. Vuelve a mascullar unas palabras, mientras un viento cálido pero fuerte sobreviene sobre su contrincante. un estallido repentino seguido de una fuerza descomunal hacen que el Guruknath salga despedido hacia la pared, empujado por un haz de luz. Seguidamente, se da la vuelta y comienza su duelo a espada contra sus tres rivales restantes.

La lucha es feroz.

el murmullo del Silmaril no cesa. Resuena más y más fuerte en la cabeza de Glorfindel. Pero no puede permitir distraerse.Una y otra vez, mediante sortilegio y acero , detiene los embates del enemigo. Palabras negras se entremezclan con la luz de la espada del Gran Elfo. Su blanca armadura y su capa le ayudan a aguantar los continuos ataques.
Propina un codazo a uno de ellos, quien se ríe jocosamente del ataque, pero que le ha servido a Glorfindel para preparar un ataque más potente.
Sin embargo, el cuarto Guruknath le sorprende, atravesando su hombrera e hiriendo el hombro del elfo, quien se ve obligado a detener su ataque. Consigue zafarse hacia atrás, al tiempo que lanza para sí unas palabras de curación.
Desde el otro extremo, ve como se acercan los rivales, decididos a acabar con su vida, armas en mano.
Glorfindel mira hacia su izquierda, hacia la figura de Ar-Gathiel colgando sobre el pozo. se lanza rápidamente en un salto, intentando atrapar su objetivo, decidiendo que es lo más importante en ese momento.
No contaba conque le impidiese el paso el Quinto, el más poderoso de ellos, haciendo que Glorfindel se tambalee y cancelando su acometida.
Sin embargo, comienza a estar furioso, y arremente con todo su poder en su espada. Moviéndose entre halos de luz a su paso, desvía todos y cada uno de los siguientes ataques recibidos, hiriendo en varias ocasiones a sus oponentes, quienes gritan de dolor ante los ataques de la inmensa luz. En un movimiento final, sujeta su espada con ambas manos y atraviesa el pecho de su enemigo, quien inmediatamente se agita y tras un estallido de oscuridad, cae abatido sobre el suelo, quedando sus restos esparcidos.
otro de ellos intenta lanzar una maldición sobre él, intentando que todo su poder y su esencia queden mermados. No lo consigue, y es herido severamente por un golpe de espada encantada con un sortilegio.

Un tercer golpe funesto se adivina sobre un tercero; no obstante en ese momento , cuando Glorfindel mantiene su hoja en alto, listo para dar el ataque, el Rey Guruknath agarra la hoja con su mano, recibiendo una quemadura provocada por la Luz. Su mano izquierda queda inutilizada, pero golpea fuertemente con su puño derecho en la cara del elfo, quien cae al suelo, soltando su espada. Glordindel pronuncia unas palabras y toda su armadura y sus ropajes pareciesen brillar durante un segundo, casi una luz imperceptible. El Guruknath entonces, se detiene un segundo y da media vuelta, dirigiendo su atención hacia el silmaril incrustado en Ar-gathiel. Se dirige hacia ella rapidamente, alzando su espada humeante hacia ella.

"No te atreverás, no serás capaz de realizar el sacrificio, demonio!!" - pero el Guruknath impasivo camina decididamente hacia el silmaril - " Ya todo está completo, criatura elfo" - y tras una risa jocosa, levanta su espada, al tiempo que Glorfindel en un salto heroico, detiene el movimiento con la suya, con ambas manos, con toda su fuerza restante. El Señor Guruknath le agarra entonces por el cuello, empujándole brutalmente hacia una pared a varios metros de distancia. Glorfindel alza entonces su mano sosteniendo un anillo en su dedo,cual empieza a irradiar luz potente, un gran muro que impide el avance del Guruknath hacia él. Este, furioso, da uso de toda su fuera para avanzar lentamente. poco a poco y a pesar de la inmensa luz, El Señor Guruknath se sobrepone y comienza a avanzar lentamente. El suelo y tiembla, tal es la enorme presión mágica en el lugar. Glorfindel pronuncia una palabra en Quenya, y el muro de luz se convierte en varios haces etéreos que golpean a sus enemigos repetidas veces, tanto a los dos restantes como a su principal oponente. Glorfindel está cansado, pues la batalla está siendo interminable.
El sortilegio cesa, está mermando la esencia del Señor Elfo. Uno de los Guruknath se encuentra desorientado, el otro consigue blandir una maza de metal negro. Glorfindel rapidamente se lanza contra él y le atraviesa con su espada, que sigue luciendo aunque con menos intensidad. consigue herirle en el cuello por debajo del casco que les cubre, y el espectro guerrero de Morgoth grita. Extrae la espada y le golpea con una patada, cayendo directamente al pozo sin fondo después de rodar varios metros. Un atronador estallido de luz azul y halo oscuro resurge del pozo, al tiempo que el silmaril comienza a brillar.
En ese momento el Señor Guruknath le golpea en el brazo, dejandole inutilizado este. La espada de Glorfindel cae al suelo, y el Señor Guruknath agarra a Glorfindel por el cuello, alzandolo hasta su cabeza, para mirarle de frente, al tiempo que comienza a pronunciar otras palabras en lengua de Melkor.....