Prólogo - De los Silmarils


Fëanor
Fëanor
Laurelin y Telpelion
Laurelin y Telpelion
Fëanor, el más grande y poderoso señor de los Noldor, llamado Curufinwë por su madre, Míriel, considerado el mayor artífice de la historia de elfos y hombres, dotado de una inteligencia y una habilidad sin par. Su obra maestra fueron los Silmarils,  joyas que contenían la luz de los Dos Árboles de Valinor, Laurelin y Telpelion,  y que se convirtieron en el único lugar donde esta luz sobrevivió tras la destrucción de ambos.



 Morgoth ( antes llamado Melkor ) atacó y destruyó los dos Árboles que alumbraban Valinor, y luego entró y saqueó la fortaleza Formenos de Fëanor cuando éste estaba ausente, llevándose los Silmarilli y matando a Finwë, su padre y Rey Supremo de todos los Elfos de las tierras Imperecederas,  y luego escapó a la Tierra Media. Fëanor lo persiguió, pasando por encima de sus hermanos de sangre, llevándolo hasta la muerte a manos de Gormoth, el más grande los Balrogs de la Edad Antigua. Así sucedió la caída de Fëanor Curufinwë, creador de Silmarilli y los Palantiri.

Melkor robando los Silmarils

Estos hechos dieron lugar a cientos de años de maldición para los primeros señores elfos,  ( conocida como "La Maldición de Mandos" ). 



Fingolfin, hermano de Fëanor, 400 años después, fue al encuentro de Melkor, a quien llamó "Morgoth" ( enemigo del mundo ) para enfrentarlo en batalla. Tras una feroz lucha en las puertas de Angband, y tras las Siete Heridas a Morgoth, quien vestía una corona con los 3 Silmarils engarzados, pereció.

Fingolfin enfrentando a Morgoth
Fingolfin enfrentando a Morgoth



Muchos intentaron recuperar dichas joyas a través del tiempo, tal como fuera que Beren, un mortal, y como demostración de su amor a Luthien Tinuviel, una elfa inmortal, consiguió entrar en la fortaleza del Señor Oscuro y arrebatarle así una de las tres piedras. Estos hechos fueron narrados en la balada de "Leithian"

Tras largas batallas, matanzas y disputas por esta pieza, Ëarendil, padre del señor Elrond, la tomó para sí en un gran navío y navegó hacia las estrellas usando el poder del Silmaril, convirtiéndose en estrella para siempre, dícese así de la Gil Estel , " la luz de la esperanza " ( También llamada la "luz de Éarendil ").



Los otros dos fueron recuperados en la Nírnaeth Arnoediad por los hijos de Fëanor, Maedhros y Maglor, quienes, tras comprobar que ningún ser, elfo, enano o humano sobre la faz de toda Arda eran capaces de retener para sí tal inconmensurable poder, decidieron hacerlos desaparecer. Maedhros , quien se había vuelto loco de dolor, se arrojó a una grieta de la tierra con el Silmaril, y por último Maglor lo arrojó al mar.




Así se dieron por concluidos el final de los Silmarils, y todos estos hechos acontecidos en la Primera Edad de los hombres, quedaron atrás en el tiempo y memoria de los pueblos de la Tierra Media . . . .




 

2 - Nuevos hechos en La Cuarta Edad


Círdan, el "Carpintero de Barcos", cuyos navíos han hecho que tantos y tantos de los de su raza crucen las aguas hacia las Tierras Imperecederas, no atravesó,  sin embargo,  el angosto mar. Desde su alcoba en los Puertos Grises ( Mithlond ), día tras día mantiene su mirada fija en el Oeste, cuya comunicación con el Gran Señor Vala Manwé a través de la Esencia y las antiguas artes nunca ha cesado, es advertido por éste último del poder resurgente que proviene de los confines de Las Tierras Hundidas
Eldarion Telcontar

Aunque la Edad de los elfos ha terminado, la nueva Edad de los Hombres prosigue. El rey Elessar, antiguamente conocido como Aragorn hijo de Arathorn, heredero de Isildur, unificó de nuevos los reinos de Arnor y Gondor bajo un reino de los hombres,  y en conjunto con el resto de los pueblos libres trajo paz y prosperidad al oeste de la Tierra Media. Tras su muerte, su sucesor en la nueva casa de los Telcontar, su hijo Eldarion, hijo de éste y de Arwen, fue su sucesor en el trono.

190 años han pasado desde la batalla en el Pelennor frente a los muros de Minas Tirith contra las huestes de Sauron.




Sin embargo, es bien sabido que Sauron, como maia o semi-dios, no era el origen de las tinieblas. sino un mero sirviente de Melkor. Nunca se supo realmente qué sucedió en la siguientes Edades con la existencia del Vala Oscuro Morgoth. fue encadenado y desterradode Arda al Vacío Intemporal, , más allá de las Puertas de la Noche,  sin redención posible.

Morgoth retornado
Cuenta la profecía que cómo Morgoth logrará liberarse finalmente de la cadena Angainor y romper las Puertas de la Noche; para atacar Arda y a los valar, y, como objetivo principal, destruir el Sol y la Luna. Sauron, sin necesidad del Anillo Único, se levantará con todo su poder como lugarteniente de Morgoth, acompañado posiblemente de sus sirvientes los Nazgûl.


Pero todo esto es sólo una leyenda, perdida en el tiempo, y Círdan lo sabe, y sin embargo, ante una amenaza desconocida, el Señor Manwë ha mandado ayuda, una vez más y como ya hizo a comienzos de la Tercera Edad, a la Tierra Media.



Y Así, llegado en un navío sin timonel, aparece un personaje, de nombre "Pariel" para los hombres pero al que los Elfos de Tol Eressëa llamaron Earën, que significa " el enviado del mar", y "Firvasaniel" también fue llamada.Un nuevo y último Istari para ayudar y aconsejar, llegado el momento, al último Rey de los Hombres frente a la nueva amenaza que se ha cernido en la Tierra Media.


Durante largo tiempo este nuevo personaje ha colaborado con Círdan desde el secreto de los Puertos Grises. De raza medio-élfica, trae el símbolo de la unión de los dos pueblos, tal y como ha sido en hechos anteriores. Sin embargo, como todos los Istari, es sólo una máscara, un cuerpo mortal tras la que se oculta su verdadera existencia como maia enviado desde el oeste...





3 - Del alzamiento de los Hijos desterrados de Númenor


Tras el fin de la Guerra del Anillo, y con Boca de Sauron destruido ante las puertas de Mordor, parecía claro que el perdido pueblo de los "numenóreanos negros" había llegado a su fin, diseminado y derrotado. Sin embargo, ante la creciente oscuridad y debido a su antiguo culto a dichas fuerzas, un nuevo comandante desde el sur les acaudilló de nuevo para formar un nuevo ejército, bajo la promesa de retomar lo que ellos consideran por derecho su reino, Gondor.
Mâragorth
Mâragorth

Mâragorth se muestra como emisario y consorte de un nuevo señor oscuro, cuyo ejército recién formado ha empezado a invadir el sur de Gondor, Pelargir, así como desde el este hacia Valle, tomando Esgaroth y adentrándose en el bosque de Rhovanion ,donde antiguamente moraba Sauron bajo la forma de nigromante en Dol Guldur.

Este nuevo ejército cuenta con un gran arsenal de armamento y armaduras, con una manufactura de poder resurgido ( y de origen no conciso )  a cuyo paso están diezmando a las fuerzas del rey Eldarion Telcontar tanto como el sur  como por el este. Ni con la ayuda de Elfwine de Rohan consiguen detener durante mucho tiempo a estas huestes, dado que también tienen que vigilar el Paso de Rohan y la bahía de Belfalas hacia el suroeste.

Ejército de Numenóreanos negros 



Ar-Gâthiel
Mientras tanto , en el norte, el reino de Arnor comienza a recibir ataques desde el norte, desde el reino del antiguo señor de los Nàzgul, Angmar, concretamente desde su capital Carn Dûm, junto al monte Gundabad, donde restos de orcos se unen junto a las nuevas huestes de una bruja oscura llamada Ar-Gâthiel, y un nuevo tipo de criatura, un guerrero oscuro, un tipo desconocido de Názgul guerrero, un "Gûruknath" capitanes de un ejercito que se junta en el norte, amenazando el reino de Arnor y su capital Annúnimas reconstruida.


un Gûruknath guerrero
















Los grupos de Montaraces del norte, bajo la supervisión de capitanes a la orden de Eldarion Telcontar, ( entre los que se encuentra el capitán proveniente de los bosques, Alavor ) controlan desde le lejanía a estas nuevas huestes del norte, sin poder dar crédito a la creciente amenaza de poder desconocido, sin saber el origen de este nuevo poder oculto y siendo mermados día tras día en batalla.

Las huestes salen del monte Gundabad al norte



Alavor, capitán Montaraz
Así,  divididos por estas dos amenanas, Mâragorth desde el sur con los guerreros Numenóreanos negros, y Ar-Gâthiel desde el norte con su ejército de orcos y Olog-hai capitaneados por los cinco Gûruknath guerreros, la amenaza es inminente. Sin saber realmente el origen de todo este mal, y desde diferentes puntos de la Tierra Media, el típico grupo interracial de aventureros,  unos pocos son capaces de enfrentar al mal y ayudar a la diezmada población a resistir.









El beórnida Yiuru
Pariel la Istari tendrá así que reunirse con el agobiado capitán Montaraz para ayudarle y darle consejo en su lucha contra la amenaza en Angmar al norte, recibiendo también ayuda para ello desde el otro lado de las Montañas Nubladas, el jefe de un clan de los Beórnidas quien ha recibido un mensaje del heraldo enviado por Círdan, Soneriel,  compañero de antaño de Pariel en MithLond y conocedor de antiguas artes de Canalización tal como el caballero Elrond en los últimos días de la Tercera Edad.

Soneriel el animista












Tras una breve e interrumpida reunión en la antigua biblioteca de la ciudad amurallada de Fornost , Pariel y el resto de acompañantes son sorprendidos por un ataque desde Gorothlad, Himbar y Malenhad en Angmar, realizado desde el norte por Âr-Gàthiel para tomar Arthedain desde Bree hasta Annúminas.

Ataque sobre Fornost 

Así el recién grupo reunido se encuentran en el fragor de una batalla que apenas acaba de comenzar. Ante la imposibilidad de hacer frente al ataque, el grupo tiene que resistir, para poder llegar a su siguiente objetivo: encontrar un paso seguro hasta Cameth Brin el oeste para poder continuar en secreto . . .


En medio de la batalla... la aventura COMIENZA AQUÍ.


 




SESIÓN 1 - Emboscada & huida


Rodeados  y sorprendidos por un grupo de orcos, el grupo no tiene más remedio que luchar. Yiuru toma la iniciativa, arrojando una de sus lanzas al primer enemigo a la vista, mientras Alavor prepara su espada fabricada en Gondor, y la hace blandir repetidas veces mientras los enemigos a su alrededor caen. Pregón el hobbit aventurero y dicharachero, en una ágil maniobra, rueda detrás de un pestilente orco para poder hundir su espada corta.

En unos pocos segundos, la sala adquiere un olor extraño, a carne quemada por el resultado de un sortilegio lanzado por Pariel contra un enemigo. Absorta en la preparación del siguiente, no advierte la presencia de un enemigo que la ataca por la espalda, dañando gravemente su mano. Soneriel ve como Pariel cae al suelo, da un paso atrás bajando su arco mientras Alavor se abalanza sobre los dos orcos a los que enfrentaba, para asistir a la Istari caída, mediante un antiguo arte de curación élfica y hierbas.


Guruknâth
De repente, se oye un estruendo.... ¡¡¡ un grupo de Olog Hai irrumpen en la sala!!! la situación parece perdida, mientras Yiuru sigue abatiendo enemigos con su lanza beórnida, espalda con espalda con el hobbit. En ese instante, un grupo de dúnadan montaraces aparecen justo a tiempo disparando flechas contra el enemigo desde las balaustradas y la parte superior de la biblioteca, creando una distracción para ayudar al capitán Alavor y al resto de los compañeros. Pero un enemigo más ha aparecido al fondo del muro destruido: un Guruknâth con su montura, un guerrero espectral, como el que no se habia visto desde hacia casi 200 años en la Tierra Media desde la caída de Sauron. Yiuru se da la vuelta, advierte a sus compañeros, algunos de los que quedan petrificados de miedo por la presencia oscura de este personaje.  - " no hay victoria  posible para vosotros.." pronuncia con una voz de ultratumba, mientras blande una espada con una hoja incandescente. Las flechas siguen cayendo sobre los Olog Hai, lo suficiente como para que le grupo pueda escapar, impotente ante la situación, y con Pariel Firvasaniel herida.

Fornost ardiendo


El último puente
Parten por el camino del este, dejando atrás los muros de Fornost, contemplando desde la lejanía cómo arde la ciudad. Con los supervivientes de la batalla, llegan hasta la Posada junto al Último Puente, que cruza el río Mitheithel ( fontegrís ), donde antiguamente había una posada y que ahora, debido a los recientes ataques, es más bien un campamento base con una empalizada y unas barricadas, para los que resisten valientemente en el puente.
La antigua posada

Sólo resta ahora recuperarse de la batalla y preparar su incursión a través del bosque de Rhudaur, al encuentro del grupo de montaraces a las ordenes de Alavor, quienes esperan en un pequeño lago en las proximidades de Cameth Brin para dar su siguiente paso: encontrar un salvoconducto y que el gobernador de la ciudadela les ayude a pasar a través de las landas, y descubrir algo más acerca del origen del mal proveniente del norte.....









SESIÓN 2 - En busca del Tirthon



Muy distinta se torna estos días la Posada junto al Último Puente, último cruce antes de las Montañas Nubladas, encrucijada entre el Fontegrís y el Gran Camino del Este. Durante generaciones, la familia Grumm han sido los hospitalarios dueños del viejo local, convertido ahora en cuartel provisional y campamento para los pocos aquellos valientes que resisten los asedios del enemigo en Rhudaur. Unos pocos lugareños se sientan junto al fuego entre las varias decenas de soldados heridos de espadas romas y arcos rotos que se agolpan en las antiguas mesas de roble del local.

- He de irme por el momento - les comunicó Pariel Firvasaniel al resto de sus compañeros. - He de ver a alguien en Imladris, si esque todavía resiste allí entre los últimos elfos nostálgicos de la casa de Elrond. Además, mi mano necesita de la medicina élfica del lugar. Y también reposo. Nos encontraremos en las proximidades de Cameth Brin, en el puesto de vigilancia sur, en el extremo de Tanoth Brin. Allí me reuniré con vosotros. - dejando solos al capitán de Arthedain y a sus camaradas.

Tras un breve descanso y aprovisionamiento, deciden preguntar a los lugareños acerca de la situación general del bosque Yfel y todo el lado meridional del río. Grepp, un alegre y viejo anciano, quien en su momento fuera un leñador convertido en guerrero en el cuartel militar de Tanoth Brin, se muestra generoso en información. - " no hay mejor ayuda que la que os pueda brindar Marendil hijo de Maranäel, Capitán de Tirthon, la torre-faro. " - " es el más indicado para ayudaros si lo que deseais es viajar al norte con seguridad, así como ayuda y consejo sobre la situación de las avanzadillas de orcos del norte. " - " pero mucho cuidado, es un lugar peligroso este bosque estos días, por los Trolls, además.. [ pensativo .. ] al norte hay unas antiguas ruinas.... están deshabitadas, o eso dicen... pero... se me dobla el espinazo cada vez que paso cerca de allí.."

el misterioro Turlin

Antes de partir, Soneriel se fija en alguien apartado del resto de personas, un hombre con capucha que toca tranquilamente una flauta. Pensando que pudiese saber algo, el grupo se acerca. El afable hombre misterioso ( de nombre Turlin, así como se hace llamar )les brinda poco más que unas palabras de desaliento, instándoles a que no viajen al norte - " la batalla es inminente, estas barricadas improvisadas no aguantarán mucho más" - les dijo. - " además, los montañeses no son muy amigables estos días. .- " no puedo acompañaros, he de viajar al oeste, al otro lado del río. - " podríais acompañarme " - mas el grupo rehúsa ir con él y continuar por el lado meridional hacia el norte.



Yiuru transformado
Habiendo sopesado todas las opciones, la compañia decide viajar al este hasta el Tirthon, una de las pocas torre - faro, las antiguas Gondyrn, refugios de piedra que soportaban los ataques relámpago de los montañeses fieles a Broggah a mediados de la Tercera Edad . El Tirthon ( S. Paso del vigilante ) se encuentra al este por el Gran Camino ( aunque el grupo decide adentrarse en el bosque con el fin de evitar ser vistos ). Allí reside Marendil, con un su grupo de guerreros, quien quizá les brinde la ayuda necesaria.

Tras una jornada de viaje, el grupo se detiene a acampar. Yiuru, metamorfoseado en Oso ( una extraña y no muy conocida habilidad de los beórnida ) , decide explorar la zona. En la espesura, se encuentra con dos orcos y un huargo que intenta liberarse de las cadenas de sus amos. Tras romperlas, el huargo olfatea a Yiuru y decide lanzarse al ataque, tras haber matado a uno de los orcos de una dentellada. Mientras huye el otro orco, Yiuru intenta dar la vuelta para conseguir refuerzos de sus amigos pero el huargo lo intercepta. Yiuru le dice: eh eh  te tranquilizas, madafaka responde con un brutal zarpazo.Una feroz lucha acontece entre las dos bestias mientras, habiendo oído sonidos de la escaramuza, sus amigos van a ayudarle. Soneriel, poniendo en práctica sus habilidades élficas, se concentra , extiende su mano izquierda, mientras pronuncia las palabras que vienen a su cabeza: << beth daer, lasto garanath , vesto notto carinnar >> dando paso a un sortilegio que rompe la pierna del huargo, mientras Alavor atraviesa sus fauces con su espada.

Siguiendo el rastro del otro orco, y ante la posibilidad de que diese alguna alarma, lo encuentran muerto atravesado por un virote en la cabeza, en un árbol. Mientras lo inspeccionan, otro orco les intenta emboscar... apareciendo una flecha sorpresiva desde atrás y atravesando la garganta del pobre infeliz.
- " he llegado a tiempo, parece "-  habla Turlin , el misterioso viajero, quien finalmente decide ir en su busca, para disuadirles de los peligros de viajar al norte a Cameth Brin. Justo en ese instante, son emboscados por un grupo de montañeses y dos cabecillas. Siendo interrogados, el grupo les indica su deseo de llegar al Tirthon en busca de Marendil, a lo que los hermanos cabecillas se miran el uno al otro: - " apresadles y amordazadles, nos los llevamos ".
 
¡ emboscada !

Viajando en la noche, sin rumbo conocido, les llevan hasta una celda en una húmeda y fría gruta con barrotes, en lo que parece ser un asentamiento montañés, en medio de ninguna parte.. Sin armas, sin saber dónde se encuentran, el tiempo apremia para la compañía, si quieren llegar a tiempo a Cameth Brin......





SESIÓN 3 - atravesando los túmulos hasta la ciudadela



 Sin armas y con desconcierto, el grupo se encuentra encarcelado en las cavernas cercanas al Dol Culturith, que sirven de base temporal a Hirgrim, el cabecilla, y su hermano Lumban, líder del grupo de los "lanzas". Sin saber todavía a qué atenerse, la companía busca la manera de escapar. Entre conversaciones entrecortadas y escasa información, logran detectar que, por algún motivo, temen a un "señor Edain" que sirve a Mâragorth aquí en Rhudaur. Buscan al capitán- hombre de los bosques Alawor, desaparecido de Fornost y que se teme que pretenda un ataque que intente menguar la fortaleza de las fuerzas oscuras aquí en el norte de la Tierra Media. 
El Tirthon

Justo en el momento en el que son interrogados, aparece Marendil Rhudanion,  Jefe de los soldados de Rhudaur fieles a Eldarion, ( quien otrora viviera en pacto de neutralidad con los montañeses del bosque ), salvándoles y permitiendo que escapasen. Turlin, por su parte, tras mostrar su verdadera cara de traidor, utiliza una "piedra de mando" grabada con una runa en lengua negra, para escapar ( muy posiblemente obtenida por el señor Edain ).
Tras escapar, los dirige al Tirthon, para replegarse y encontrar la manera de llegar a Cameth Brin sin ser detectados por las avanzadillas provenientes de Gundabad ni por los montañeses fieles a Mâragorth. Allí les explica que el nombre del Señor Edain oscuro es Ar-Gulâr, quien viviera tiempo atrás en la "torre del homenaje" cerca de la orilla meridional del río. Tras la fortaleza recién adquirida, y en un pacto con Cárn-num, ( antiguo hogar del Rey Brujo de Angmar ), decidió asaltar Cameth Brin como punto estratégico, cerca de una antigua mina de Mithril un poco más al norte, donde desde su atalaya Tir-barad Tereg puede controlarse todo el norte de Rhudaur.
Marendil Rhudanion
Marendil explica al grupo que antaño vivía aquí con su familia, En el Tirthon, junto con un pequeño regimiento de hombres leales. En el pasado fueron atacados, su esposa murió y el vive ahora para defender el camino del Este desde el emplazamiento. 

Taron el guerrero


Para llegar sin ser vistos a Cameth Brin, tienen dos posibilidades: atravesar una gruta de Trolls de las colinas, lo cual les llevaría a un camino oculto a través de la espesura hasta el "Herubar Gûlar"  antigua fortaleza de Ar-Gûlar. el señor Edain, y de ahí atravesando la hondonada hasta Cameth Brin. La otra posibilidad, más peligrosa pero más directa, es atravesar La "Caverna de Cristal", donde se encuentra el túmulo de Broggah, rey de Cameth Brin 1000 años atrás, quien hizo pactos con Angmar. Como tumulario sigue guardando sus restos en las oscuras cámaras subterráneas, tras los cuales hay un pasadizo secreto que atraviesa un desfiladero durante kilómetros hasta Cameth Brin.
De pronto, el Tirthon es atacado por un grupo de rastreadores orcos a lomos de monturas-huargo; Marendil y Taron, su brazo derecho, montando sus caballos les hacen frente, dando tiempo al grupo a escapar, intentando dirigirlos al otro lado del Camino del Este. En estos momentos, el destino de Marendil es incierto.

Caverna de Cristal



El rey tumulario Broggah
Lugarteniente tumulario
Finalmente el grupo decide tomar la segunda opción. De camino se reencuentran con Pariel Firvasaniel, la Istari, y juntos atraviesan los túmulos, donde tienen un duro y casi mortal enfrentamiento con el espectro de Broggah, así como numerosas trampas que lo custodian. Mediante artes mágicas de la Esencia de los Ainür y los Vala, Pariel invoca un muro de fuego y otros sortilegios mientras el grupo resiste y enfrenta a Broggah. Finalmente acceden a la "cámara de las cenizas" donde remueven los restos del tumulario y le prenden fuego.



Camino hacia Cameth Brin

Malheridos, recuperan como pueden sus heridas y se dirigen a Cameth Brin. Tras varios días, por fin llegan a sus lindes.

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Grupo de montaraces

Cameth Brin, con su imponente atalaya Tir-Barag Tereg, fortaleza milenaria de Rhudaur durante la Tercera Edad de los hombres, se haya ante los ojos de la compañía, habiendo sido totalmente conquistada.  Numerosas patrullas de orcos, liderados por Leegrash y otros Uruk Hai comandantes, recorren continuamente la parte interior al otro lado del puente. varios orcos con huargos también son identificados. Alawor, tras inspeccionar la zona, encuentra el camino hacia el viejo manantial, el puesto de vigilancia sur. Allí se encuentra con sus 20 hombres dunedain a su mando. Les dicen que los gobernadores de Cameth Brin han sido cautivos en la torre, mientras que Àr-Gûlar permanece en el interior de Cameth Brin bajo la roca, sin ser visto. Los montaraces han averiguado que periódicamente vienen patrullas provenientes de la antigua mina, con cargamentos de Mithril, y los guardan en las bodegas, donde días más tarde son preparados en carruajes hacia el noreste, probablemente hacia Gundabad. No saben el motivo, pero parece algo importante. El grupo decide adentrarse por la ladera hasta la torre-vigía. Allí en la cima se encuentran con Leegrash, uno de los jefes-Huruk, donde es vapuleado incesantemente por el grupo, sin
Ar-Gûlar
opción a algo distinto a la muerte. Sin embargo, se dan cuenta de que algo han pasado por alto: los cautivos no se encuentran aquí. Y así , en lo alto de la torre, el grupo decide su próximo movimiento.

Mientras tanto, desde el norte, se divisa una patrulla de orcos acompañados de dos inmensos Olog-hai, cargando con un gran contenedor, siendo custodiados por más patrullas de rastreadores....





El cuerno orco resuena en Cameth Brin.......




Vista de Cameth Brin















SESIÓN 4 - La última resistencia de Cameth Brin

Innumerables huestes de orcos asolan cada rincón del interior de la ciudadela de Cameth Brin. Patrullas de unos soldados de vil raza, gobernados por Uruk-hai provenientes de Gundabad a manos de Àr-Gular. El grupo de Alavor y sus hombres recorren cada centímetro de las salas y antesalas de lo que otrora fuera los grandes salones del reino de Rhudaur, en busca de la reina consorte Mírwen y el resto de supervivientes de la corte.

Tras unos encuentros fortuítos con patrullas menores, y gracias a los sortilegios de Pariel, la última de los Istari, avanzan mazmorra tras mazmorra, sorteando trampas y enemigos. En una lóbrega celda encuentran prisionera a Lothiniël, semielfa al servicio de la reina, que fue cautiva. " no os preocupéis por mí, dejadme un arma, un arco o apenas una espada y podré salir de aquí. Continuad hasta el último nivel, allí encontraréis al resto de prisioneros... ¡¡ rápido !! ". Y así fue; en el centro de la sala, en un frío cadalso de diseño orco, un hombre casi sin vida se encontraba colgando, con evidentes signos de tortura. Era Camthamil, de la familia de los Ethanäel, que durante los 150 años posteriores a la Guerra del Anillo, dieron nueva vida y unificación a las ásperas tierras de los páramos fríos del norte del Bosque de los Trolls. " ¡ Rápido, con presteza hemos de sacar a la reina de aquí !! - está en una de las celdas adyacentes " - balbuceaba, tras una cura rápida de la magia élfica de los Noldor de Sonëriel de Lindon el rapiñador. Mientras tanto, uno de los hombres de Alavor, un montaraz llamado Haelhis hijo de Haëlor, se desvía en busca de Lothiniel y de paso cubrir la huída.

En las puertas de Tir Barad, algo ocurre. Un cambio repentino. Grupos de montañeses y dunlendinos, hombres de los bosques de Yfed, se han reunido en una sola comanda para recuperar Cameth Brin, insignia de los pueblos libres en el norte de Eriador.



EL FINAL DE ÁR-GÛLAR


Tambores.

El cuerno de del enemigo resuena en la roca.

Fuego, pernos que se rompen.

Carrera despesperada. Pasillos de otro tiempo.

La lanza de Yiuru enfurece. El inmenso hombre de Las Montañas nubladas aprieta sus puños.

Pariel siente algo . No sabe lo que es. Pero es maligno. Justo al final del pasillo. Sabe que el enemigo aguarda.


Gritos de multitud en el exterior. El asedio es inminente.

Fuego y aceite, gruñidos.

Para el capitán de los Montaraces, Alavor, solo quedan unos metros. Está concentrado. Esgrime su espada. Sabe que en unos segundos se encontrará con su adversario. Sus sentidos intuyen el mal, la esencia corrompida. Ha aprendido a distinguirla, cuando la tiene delante. Pariel se lo advirtió : " este enemigo ya no es un hombre; ha vendido su alma al Vala Oscuro, en un funesto ritual. Su poder proviene de él. su cuerpo será frágil, pero no te confíes, es astuto. Intentará engañarnos. " Pero Alavor no tiene miedo. En su mente solo hay una frase:


Ar-Gûlar debe morir.


Tambores.


Llamas.


La siniestra figura, antinaturalmente alargada, se da la vuelta. Envuelto en oscuros ropajes, de uñas largas y mirada envenenada. Una columna de fuego ritual detrás enlanguidece su presencia aún más. " Te esperaba, joven montaraz." Y sin mediar más palabra, levanta su mano hacia el grupo, situado al otro extremo de la sala. Al tiempo que comienza a cerrar su mano, palma arriba, unas palabras resuenan en la sala, no saben si 
provenientes de la boca del enemigo o quizá está en sus mentes.  << Burzum-ishi, durb-at-ul-ûk. >> al tiempo que sigue cerrando su mano, el aire de la sala comienza a desaparecer. todo sonido de la batalla que 
comienza, se pierde en un vacío antinatural. No se escucha nada. No hay nada. Un ligero temblor. todo tiembla. el sonido vuelve. al principio es un ligero hilo. un susurro.
 

Un estallido. Aire que se descomprime.


Explosión de vacío.


el grupo entero sale golpeado por el sortilegio. Todos se tambalean. Aturdidos.

Los dos guardias de Ár-gùlar, los Ârunath, proporcionados por el Gran Señor de la Guerra en el sur, Mâragorth, se aproxima al grupo.

Todo parece que se acerca a un final nefasto.

pero Alavor, sintiendo que una voluntad, quizá desconocida hasta entonces, la da fuerzas, empuña fuertemente la espada. Suelta su equipaje. Carga contra el enemigo, con decisión. Su espada ruge, está preparado. Mientras el señor Edain oscuro se aproxima confiado. Sabe que otro golpe más, quizá dos, acabará con esta pequeña rebelión.

Alavor se encuentra próximo, muy próximo. primero el pie derecho, luego el izquierdo, se impulsa. Con la fuerza de su costado, en un movimiento de palanca, seguido de un medio giro rápido, embisque con la hoja de su espada. Un grito sale de su boca. "¡¡ Eldarion Telcontar !! ". La acometida ha sido imparable. Su espada se choca con frío hueso.   Metal que impacta contra una estructura ósea. Un ligero aullido, más de un demonio que de un hombre, suena.

Sangre que brota, negra más que roja.

Olor a ceniza y podredumbre.


En el exterior, Fuego, roca.



Tambores.


Âr- Gular ha caído.

La Voluntad del Oeste vence, una vez más.





** NOTAS sobre lo acontecido en Cameth Brin **


Haelhis, uno de los hombres- Dúnedain de Alavor, estaba cubriendo la retaguardia. En su cometido, un grupos de orcos, y un capitán Uruk le rodeaban. Aun diestro con la espada ancha, su fin parecía cercano. No obstante, una ayuda inesperada cambia las tornas de su encuentro. Lothiniel la semielfa aparece inesperadamente, ayudando a Haelhis.

" - Os debo la vida, mi señora ."
" No me des las gracias tan pronto, jovencito montaraz. Aún queda mucho por hacer. Tu capitán, sin duda, Irá a enfrentarse al que ha tomado esta ciudadela. Está loco. No obstante, le ayudaremos en su locura. Tengo un contacto entre los hombres de Marendil del Tirton, en el sur, al otro lado del bosque. hemos de acceder a través de la zona trasera del Tir Barad Tereg , Tanoth Brin, por el campamento antiguo, ayudarles a que entren en la fortaleza, o de lo contrario será nuestro fin. Sígueme."

Con esta acción, Marendil Rhudanion , Taron y el resto de los aliados del grupo, pudieron entrar en Cameth Brin, aprovechando que el grupo de asalto se encontraba en las puertas, batallando. De esta manera, mientras se enfrentaban a Àr-gular en las antiguas salas de construcción enana ( Armoq la llamaron, en tiempos de la Segunda Edad ), Marendil y el resto pudieron limpiar las salas para un rescate seguro de la reina consorte y el resto de vasallos.

Tras el rescate, con la victoria por parte del grupo y sus aliados, Y poniendo a salvo la ciudad, Avisan de que otra partida de Olog y Uruk se aproxima desde las minas del norte ( recordemos que Cameth brin ha sido asediado al ser un punto importante de extracción de Mithril, Eog y otros minerales en las antiguas minas enanas colindandes, de ahí la construcción parcial enana de Cameth Brin ( ver anexos ). Estos minerales estaban siendo en parte tratados y depurados en las mazmorras, y llevados hacia el norte al oeste de las landas del Etten, hacia Carm Dúm, capital de Angmar, para un oscuro propósito, que el grupo debe averiguar. Pariel sin embargo, intuye lo que está pasando, pero ha de verlo con sus propios ojos antes de dar la voz de alarma.

El grupo decide que Marendil y sus hombres son suficientes y capaces de salvaguardar los muros de Cameth Brin, con lo cual deciden partir al norte, a través de la cara oeste de las Montañas nubladas, dejando el Caradhras al sur-este, hacia Gundabad, para poder atravesar de alguna manera las Puertas del Dragón de Gundabad y llevar al otro lado y así entrar en Angmar.

Dejando atrás la majestuosa vista de la torre de Tanoth Brin alzándose orgullosa, justo dos puntos, apenas imperceptibles, aparecen en el horizonte ( pero eso se narrará en el resumen principal, próximamente.. )



SESIÓN 5 - las entrañas de Gundabad


" Te entrego mi espada y mi escudo, Alawor" - fueron de las últimas palabras que pronuncia Marendil Rhudanion antes de preparar la defensa de Cameth Brin. - " Espero que encontréis sendas seguras a través de los Páramos Fríos del norte. No esperéis encontrar ayuda alguna desde aquí a Gundabad, ya que es una tierra inhóspita.

Frente al mirador Norte de las estancias superiores, El grupo contempla en la lejanía las negras nubes que ciernen Angmar en el horizonte. - " Tened cuidado, y que la mano de los Dioses del oeste os tengan en aprecio. Es una lástima no contar con vosotros , pero entiendo que vuestra tarea es vital para todo lo que ha de venir." - La reina consorte Mírwen les da la despedida. - " siempre seréis más que bienvenidos en Cameth Brin, aunque esta tierra no sea la más hospitalaria de Eriador . ( sonríe ) - " Buen viaje, y hasta pronto."

Este fue el momento en el que parte la compañía hacia el norte. Tras elegir cuál es el camino más viable, deciden intentar atravesar Gundabad, antes que atravesar los túmulos de la zona este de las Landas de Etten. Parten por el camino noreste atravesando los colimbos del Páramo Largo - dejando, sin percatarse, una figura negra a caballo que les observa desde lo alto de un risco en el horizonte.

Tras varios días a caballo y una serie de duras jornadas, llegan a las inmediaciones de las Montañas nubladas en el Norte.

  

 


Boca del Dragón
En el camino de ascenso, en medio del camino, una avanzadilla de jinetes de huargos les sorprenden. Aunque el grupo los vence fácilmente, desconocen si los rastreadores les perseguían a ellos o simplemente fue una casualidad. Por otro lado, desde hace meses toda la zona de Rhudaur está siendo acosada mediante incursiones.
Otros varios días a caballo, por fin llegan a las proximidades de Gundabad. Sería una locura intentar entrar por la entrada principal " La Boca del Dragón", ya que está permanentemente infestada de patrullas orcas de las tres tribus de la montaña, comercio de esclavos y toda la mala vida de esta vil raza. Es por lo que Sonëriel, aplicando la magia de canalización élfica, susurra un sortilegio para adentrarse en la mente de una pequeña ave con la que busca un camino desde el aire, más seguro y por el que puedan acceder.
Por fin, alcanzan un embarcadero, por donde el río subterráneo desciende desde las Vías Húmedas de la montaña. Apenas un grupo de orcos trabajaban en el embarcadero,por lo cual no fue difícil preparar una emboscada para hacerse con una de las barcas sin dar la alarma.



orcos de Gundabad
Gundabad, aunque en sus primeros inicios fue un asentamiento de los hijos de Aulë, - Los naugrim enanos, ( y de hecho, se lo considera como el lugar del despertar de Durin ) durante la primera y segunda Edad del Sol, finalmente los numerosos ataques orcos, dieron paso a su deshalojo y completo abandono. Por tanto, los que la compañía de Alawor y Päriel han hallado no es sino un inmundo lugar pestilente rebosante de maldad. No son pocos los pasillos, salas, grutas, cavernas y corredores que se encuentran en la búsqueda de la salida oeste de la montaña, encontrándose con algunos puestos de guardia. No son simples orcos, sino soldados y oficiales Uruk Hai los que gobiernan la montaña de tres picos.
En un momento dado, y sin saber bien cómo, el grupo consigue hallar un camino ascendente hacia uno de los tres picos, la " Cima Hendida", donde gobierna Karatog - uno de los tres grandes jefes orcos, aunque todos están al servicio de Kraghos, el supremo jefe de todas las tribus.
Las salas son levemente iluminadas por fuegos y fundiciones de las salas inferiores, donde la ceniza y los restos de ascuas recorren permanentemente las salas, adornadas con espinosos alambres y mecanismos de manufactura orca. innumerables pasarelas oxidadas y astilladas, comunican el pico con las zonas inferiores y con las otras dos cimas. La oscuridad es un compañero frecuente, y la luz del sol inexistente en todo este área. El grupo encuentra lo que parece ser las estancias de una especie de brujo-chamán orco ( seguramente lo que usa son esencias de hierbas de fango mezcladas con ungúentos elaborados para envenenar, marear y confundir al enemigo mientras le ensarta por la espalda ). En el tiempo en el que la compañía piensa cómo acceder, para poder buscar una pista de cómo salir, un grupo de oficiales que acompaña a un jefe Uruk se dejan oír al otro lado de la pasarela, con lo cual deciden esconderse en una caverna natural que se encuentra a un extremo de la cima, llena de murciélagos ( uno de los cuales usa de nuevo Sonëriel para espiar y manejar la situación desde la distancia ). Deciden probar de nuevo una emboscada, con lo cual atraen a 3 oficiales Uruk que hacían guardia mientras el chamán y el jefe discutían reunidos. El primer golpe de lanza de Yiuru el beórnida sorprende al primer oficial, pero su habilidad no le es esquiva, ladeando su cuerpo para evitar la punta del arma, al tiempo que saca su cimitarra y le asesta un fuerte tajo en el pie del beórnida, quien cae al suelo sangrando y desorientado por la amputación. Alawor, espada en mano, se enfrenta a otro oficial, quien, viéndose fortalecido por la buena suerte de su camarada hostil, tampoco gana mejor suerte, al fallar también el ataque, siendo parado con la hoja del segundo oficial, quien de un movimiento certero, corta de tajo el brazo del arma del montaraz de los bosques. Un tercer golpe similar, aunque no tan grave, recibe el Noldo, tras fallar su sortilegio de fracturación debido a la resistencia a la magia de los Uruk; las palabras del sortilegio se pierden en el vacío sin medrar la sed de sangre del atacante, quien se muestra victorioso ante los tres compañeros caídos en combate. Son apresados, despojados de sus armas y enjaulados en medio de una sala con cárcel circular.
Kraghos, supremo jefe Uruk de Gundabad



Horas más tarde, medio muertos, un grupo de orcos, Uruks, oficiales, Y Kragos el supremo, les rodean, regodeándose ante la captura y preparando las herramientas de tortura. En medio de la palabrería y los balbuceos del idioma orco, todo parece perdido...





SESIÓN 6 - Huída - La montaña da una segunda oportunidad



Las macilentas sombras de las antorchas de la pared titilan. Sonëriel, canalizando su poder élfico restante, consigue preservar los miembros amputados mediante un conjuro, aunque todo parece perdido, pues no hay escapatoria, estando todos heridos y sin armas.
Luces que parpadean, sombras que se alargan. <<  Elen sí­la lúmenn´ - Auta i lóme! >> y de pronto aparece delante de ellos Päriel entre un hechizo de sombras, acompañada de Dwalin II de Aglarond y Eärnil un guerrero elfo de Lindon, al rescate. " Me ha costado mucho encontraros, ¡¡ apenas he podido seguir vuestro rastro !! agradeced los conocimientos de cuevas a Dwalin , quien se ha prestado a acompañarme en esta misión suicida..... ¡ aprisa ! hemos de salir de aquí.... caminaremos entre las sombras y penumbras sin ser vistos, aunque ls oscuridad que se cierne sobre la Tierra Media en estos momentos no será ajena a nuestros movimientos....

Así escaparon de Gundabad, heridos y amilanados, con la espada Aeglin perdida, junto con el resto, y habiendo fallado la misión.

- " Bueno, he hecho todo lo posible. En unas semanas vuestras heridas habrán sanado, aunque os quedarán secuelas. Siento no ser tan diestro en el ancestral arte de la curación, como mi padre"- pronunciaba Elrohir, hijo de Elrond. "aunque si no hubiese sido por el sortilegio de preservación de Sonëriel, todo hubiese sido inútil".

El grupo descansa y recupera sus heridas ( aunque no su moral ), en una abandonada torre-vigía de los Páramos Fríos, al norte de Rhudaur, colindante con las montañas nubladas de camino a Gundabad. " es curioso, las edades pasan y estas antiguas fortalezas humanas parecen atestigüar, con su progresivo derrumbamiento, el devenir continuo al que los hombres os estáis enfrentando continuamente, Alawor." El fuego crepita al fondo de la sala circular, donde su alto techo medio derruido deja pasar el viento de los páramos. Elrohir se muestra pensativo; tras unos minutos en silencio, se da la vuelta.- No hay otra opción. debéis intentarlo de nuevo. Tras la partida de mi padre, somos muy pocos. mi Señor Glorfindel se ha hecho cargo del gobierno de Imladris desde los inicios de la Cuarta Edad, y no son pocos los asuntos que nos atañen desde los últimos 92 años, desde que la nueva sombra aparece. Mi señor Glorfindel se encuentra ausente de Rivendel ahora, por lo que no podemos consultarle. Päriel y yo no tenemos aún la certeza absoluta sobre los planes del enemigo, aunque todo parece indicar que un acontecimiento que no se mostraba desde las primeras edades del sol, se muestra ahora. Creemos que tiene algo que ver con los antiguos señores, mis ancestros, con un poder inimaginable, proveniente de las estrellas, luces del principio de los tiempos de Amán y Arda. Un poder superior al de los anillos de Poder de la tercera Edad. Debido a que no conocemos todos los detalles, mi señor Glorfindel ha partido en busca de información, aunque desconocemos su paradero.  - Elrohir se da la vuelta y sonríe - " claro, tampoco me lo ha dicho, o de otro modo hubiese partido con él, sin duda alguna." - " Escuchar todos. No debemos hablar de ello ahora, puesto que los poderes son tan grandes  y los espías tan numerosos, que el mero hecho de una mención hacia algo tan poderoso pudiese acelerar aún más el desencadenante. Creemos que tiene algún tipo de conexión con los sucesos del Sur. Gondor está en conflicto con las regiones meridionales. El Rey Eldarion tiene sus propios problemas, y no puede preocuparse de Arnor. Es a vosotros, Alawor, los supervivientes de la renacida Arthedain, los que os corresponde defender el norte. Yo no puedo hacer mucho más. Debéis encontrar la manera de alcanzar Cárn Num, pues parece que todo proviene de ahí. No será fácil, puesto que aunque el rey brujo de Angmar fue derrotado, desde las últimas décadas han aparecido unas criaturas de las sombras - guerreros de la oscuridad atemporal, los Gurûknath. Päriel y yo hemos hablado sobre ello, y todo parece indicar que tienen mucha similitud con los Názgul, aunque su naturaleza intrínseca y primigenia proviene de una oscuridad aún más profunda que la de Sauron el maia.
Elrohir
Todo son conjeturas, pero debemos apresurarnos. Sólo conociendo el plan enemigo podremos hacer frente, ya que las oleadas sobre Eriador parecen ser continuas. Tenéis que lograrlo, por el rey, por todo el norte, y por el devenir de todos nosotros. 









" ¡¡ Partid ya !!- apresuraos.


El grupo decide volver siguiendo sus primeros pasos, ante todo para recuperar sus armas ( esta vez, mejor acompañados ). Varios días después, planeando el viaje, consiguen hallar de nuevo la entrada a la Cima Hundida, y adentrarse en las cámaras de los oficiales. Esta vez deciden hacerlo bien. Rastrean la zona, hasta encontrar una docena de Uruks alardeando delante de Karatog su botín de guerra. En la pasarela principal, deciden montar una emboscada. Tienden dos trampas, al tiempo que vierten óleo sobre las salidas. Päriel musita las palabras élficas del fuego: << Naur Keleg Úr >> y de las palmas de sus manos salen esferas de fuego y rayos ígneos, mientras el resto dispara flechas hacia los oficiales. Alawor desenvaina y carga contra el comandante Uruk, furioso porque lo ve juguetear con su espada Aedrin. la contienda es feroz, ya la venganza más dulce aún.
El grupo recupera sus armas, y a continuación  corren raudos hacia una posible salida. Tras muchos metros de caverna y gruta, siendo perseguidos por medio centenar de orcos, encuentran otro corredor, donde al fondo se encuentra una luz. -" ¡¡ aprisa !! " - sin embargo, no es exactamente una salida, sino.. la Arena de Gundabad.. un lugar donde se distraen y dan rienda suelta a sus perversiones violentas los moradores de la montaña. Una enorme área circular rodea el espacio, donde varios portones de madera aguardan una sorpresa: estúpidos trolls de las cavernas que usan para sus juegos. varios de ellos, al escuchar todo el tumulto, se enfurecen y son liberados, cargando en todas direcciones aunque la mayoría contra el grupo. Están rodeados y desde la altura les apuntan varias ballestas. El grupo decide probar suerte con escarpias y cuerda y subir por la pared hacia las gradas, aunque Dwalin no consigue escalar a tiempo y cae, siendo rodeado y golpeado varias veces, aunque sin heridas graves. Yiuru entonces se desliza de nuevo y tira del enano. tras varios intentos, con la carga de los trolls detrás y bajo una lluvia de virotes, consiguen subir a las gradas, mientras Päriel usa un sortilegio en el aire que lo vuelve eléctrico y golpea todo alrededor de los estúpidos trolls. Alawor dispara flechas hacia el otro extremo de la grada, alcanzando a algunos de ellos.A lo lejos, preparan una balista, que hiere al enano en su carrera. Consiguen escapar por uno de los portones de donde salieron los trolls, con suerte de encontrar un desfiladero estrecho, apenas una grieta entre dos secciones de montaña que recorre varios kilómetros, alejándose cadenciosamente de la montaña.

Han conseguido escapar de Gundabad.