Fëanor |
Laurelin y Telpelion |
Fëanor, el más grande y poderoso señor de los Noldor, llamado Curufinwë por su madre, Míriel, considerado el mayor artífice de la historia de elfos y hombres, dotado
de una inteligencia y una habilidad sin par. Su obra maestra fueron los Silmarils, joyas que contenían la luz de los Dos Árboles de Valinor, Laurelin y Telpelion, y que se convirtieron en el único lugar donde esta luz sobrevivió tras la destrucción de ambos.
Morgoth ( antes llamado Melkor ) atacó y destruyó los dos Árboles que alumbraban Valinor, y luego entró y saqueó la fortaleza Formenos de Fëanor cuando éste estaba ausente, llevándose los Silmarilli y matando a Finwë, su padre y Rey Supremo de todos los Elfos de las tierras Imperecederas, y luego escapó a la Tierra Media. Fëanor lo persiguió, pasando por encima de sus hermanos de sangre, llevándolo hasta la muerte a manos de Gormoth, el más grande los Balrogs de la Edad Antigua. Así sucedió la caída de Fëanor Curufinwë, creador de Silmarilli y los Palantiri.
Estos hechos dieron lugar a cientos de años de maldición para los primeros señores elfos, ( conocida como "La Maldición de Mandos" ).
Fingolfin, hermano de Fëanor, 400 años después, fue al encuentro de Melkor, a quien llamó "Morgoth" ( enemigo del mundo ) para enfrentarlo en batalla. Tras una feroz lucha en las puertas de Angband, y tras las Siete Heridas a Morgoth, quien vestía una corona con los 3 Silmarils engarzados, pereció.
Muchos intentaron recuperar dichas joyas a través del tiempo, tal como fuera que Beren, un mortal, y como demostración de su amor a Luthien Tinuviel, una elfa inmortal, consiguió entrar en la fortaleza del Señor Oscuro y arrebatarle así una de las tres piedras. Estos hechos fueron narrados en la balada de "Leithian".
Tras largas batallas, matanzas y disputas por esta pieza, Ëarendil, padre del señor Elrond, la tomó para sí en un gran navío y navegó hacia las estrellas usando el poder del Silmaril, convirtiéndose en estrella para siempre, dícese así de la Gil Estel , " la luz de la esperanza " ( También llamada la "luz de Éarendil ").
Los otros dos fueron recuperados en la Nírnaeth Arnoediad por los hijos de Fëanor, Maedhros y Maglor, quienes, tras comprobar que ningún ser, elfo, enano o humano sobre la faz de toda Arda eran capaces de retener para sí tal inconmensurable poder, decidieron hacerlos desaparecer. Maedhros , quien se había vuelto loco de dolor, se arrojó a una grieta de la tierra con el Silmaril, y por último Maglor lo arrojó al mar.
Así se dieron por concluidos el final de los Silmarils, y todos estos hechos acontecidos en la Primera Edad de los hombres, quedaron atrás en el tiempo y memoria de los pueblos de la Tierra Media . . . .
Fingolfin, hermano de Fëanor, 400 años después, fue al encuentro de Melkor, a quien llamó "Morgoth" ( enemigo del mundo ) para enfrentarlo en batalla. Tras una feroz lucha en las puertas de Angband, y tras las Siete Heridas a Morgoth, quien vestía una corona con los 3 Silmarils engarzados, pereció.
Fingolfin enfrentando a Morgoth |
Muchos intentaron recuperar dichas joyas a través del tiempo, tal como fuera que Beren, un mortal, y como demostración de su amor a Luthien Tinuviel, una elfa inmortal, consiguió entrar en la fortaleza del Señor Oscuro y arrebatarle así una de las tres piedras. Estos hechos fueron narrados en la balada de "Leithian".
Tras largas batallas, matanzas y disputas por esta pieza, Ëarendil, padre del señor Elrond, la tomó para sí en un gran navío y navegó hacia las estrellas usando el poder del Silmaril, convirtiéndose en estrella para siempre, dícese así de la Gil Estel , " la luz de la esperanza " ( También llamada la "luz de Éarendil ").
Los otros dos fueron recuperados en la Nírnaeth Arnoediad por los hijos de Fëanor, Maedhros y Maglor, quienes, tras comprobar que ningún ser, elfo, enano o humano sobre la faz de toda Arda eran capaces de retener para sí tal inconmensurable poder, decidieron hacerlos desaparecer. Maedhros , quien se había vuelto loco de dolor, se arrojó a una grieta de la tierra con el Silmaril, y por último Maglor lo arrojó al mar.
Así se dieron por concluidos el final de los Silmarils, y todos estos hechos acontecidos en la Primera Edad de los hombres, quedaron atrás en el tiempo y memoria de los pueblos de la Tierra Media . . . .